jueves, 4 de octubre de 2012

Y van…


Tradicionalmente, la Academia del Cine (o como se llame) nunca se ha caracterizado por enviar a los Oscar (sí, los premios de esa industria de la que el gremio cinematográfico español abomina, pero a la que se despepitan por ir en cuanto les es posible) películas con posibilidades, no ya de ganar el premio a la mejor película en lengua no inglesa, sino siquiera de pasar la primera criba. En los últimos años los fracasos han sido especialmente sonados: de la terna de películas que se proponían, invariablemente elegían la que menos posibilidades tenía.
La que han elegido este año no sé si es mala o buena. Francamente, ni lo sé ni me importa. No pienso verla. Pero la verdad, elegir como representante de España a una película sobre Blancanieves, muda y en blanco y negro, el mismo año en que se han estrenado ¡dos! producciones de Hollywood sobre el tema, y al año siguiente del triunfo de The Artist, suena a oportunismo barato. Ojo, que no digo que lo hayan hecho con esa intención, pero es lo que parece…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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